Sí, los adolescentes ya están grandes para pedir dulces. Halloween es una festividad divertida, pero los adolescentes deben buscar otras formas de celebrarla. En mi barrio, no está bien visto que los adolescentes hagan “truco o dulce”, porque muchas veces se llevan una cantidad excesiva de caramelos, y así arruinan la diversión de los más pequeños. Los más chicos quizás se sientan intimidados si las calles están llenas de adolescentes con disfraces que dan miedo. Los adolescentes deben encontrar actividades de Halloween más apropiadas a su edad. Por ejemplo, un año yo hice trabajo voluntario en un evento de pintura de calabazas. Los adolescentes también pueden ir a fiestas de disfraces u organizar visitas a casas encantadas para los más pequeños. Estas actividades nos permiten participar del espíritu festivo de Halloween respetando a nuestras comunidades.
–Vin Bhat, estudiante de décimo grado de California